29 de octubre de 2013

La infanta Cristina no era tan inocente como quería hacernos creer

Hace unos días se han conocido pruebas de que la infanta Cristina se alquilaba a sí misma el palacete de Pedralabes para desviar dinero de cuentas del instituto Nóos. En un principio de nos presento la imagen de una infanta que había sido imputada pero era inocente de los cargos pues no había sido ella sino su marido quien había estado en el ajo en cuanto a lo de malversar fondos públicos se refiere.

Sin embargo, se han desvelado pruebas suficientes como para dejar de creer en la inocencia de la infanta Cristina. Actualmente, se sabe que ella firmó un contrato de arrendamiento según el cual ella misma era arrendadora y arrendataria. Dicho contrato lo firmó la infanta Cristina junto con Urdangarin y resulta fraudulento.

En el mismo se hace creer que el palacete de Pedralabes era sede de las oficinas de Aizoon, una sociedad de ambos cónyuges, lo cual era falso. Así, dicho contrato se creó para generar gastos inexistentes de Aizoon y por lo tanto disminuir los ingresos de la sociedad. Al tener menos ingresos declarados legalmente la sociedad pagaba menos de lo que correspondía a Hacienda.

Esta pantomima servía no solo para evadir ciertos pagos a Hacienda sino también para desviar fondos públicos del instituto Nóos. Además, se tiene pruebas de que los ex duques de Palma usaban las cuentas de la sociedad Aizoon para gastos personales diversos. Esto resulta otra malversación pues engrosaban los gastos de la entidad para no declarar la verdadera ganancia de la misma.

Actualmente, la infanta Cristina podría volver a ser imputada por blanqueo de capitales y malversación de fondos públicos. Desde luego, la Casa Real no levanta cabeza en España tras los sucesivos batacazos que en gran medida se ha llevado por el caso de corrupción de la infanta Cristina y Urdangarin.

Esto no solo repercute en la escasa popularidad de la ya denostada monarquía en España sino que empeora la imagen del país en el resto del mundo. Un país cuya monarquía está salpicada por la corrupción no propicia confianza, la confianza necesaria para que la economía remonte. Esto ahuyenta a los inversores que podrían apostar por España como sede para sus negocios. Así, más que dar mala imagen a secas la monarquía está perjudicando la recuperación económica del país en cierta forma.


Por no mencionar que la corrupción es un gran problema actual en España y que lejos de dar ejemplo como institución la Casa Real se ve metida en esta lacra. Cada vez hay menos motivos para creer en la inocencia de la infanta Cristina. A pesar de ello, ¿veremos cómo se hace justicia con alguien de la monarquía o se tratará de otro paseo por los juzgados? El tiempo lo dirá.

César P.

No hay comentarios :

Publicar un comentario