Hace unos minutos, escuche una declaración de la
subsecretaria del Partido Popular en la que anunciaba algunas medidas que
vendrán bien a mucha gente que lo está pasando un poco mal. Por un lado, se
aumenta el conocido cheque bebé durante unos meses y se reduce el impuesto de
sociedades. El paquete de medidas está destinado a echar un cable a muchas
personas y, ¡oh, casualidad!, se pondrá en práctica pronto para que en plenas
elecciones ya mucha gente lleve un tiempo disfrutando de estos beneficios.
Como se nota que es año de elecciones. La congelación de
algunos impuestos e, incluso, la reducción de algunos se deja notar, y mucho.
Además, hay tarifas que se van a mantener congeladas a lo largo de este
ejercicio. Por si esto no fuese suficiente para convencer a los más exigentes a
la hora de ejercer su derecho, se
incentiva a ciertos sectores de la población con ayudas especialmente
destinadas para que lleguen mejor a fin de mes.
Y yo, en mi infinita curiosidad e insidia, me pregunto por
qué no se han tomado medidas parecidas hace ya tiempo y se espera, casualidad
de las casualidades, a 2015, año de elecciones, para que se presenten paulatina
y constantemente paquetes de medidas como éstas. No me sorprende este comportamiento pero creo
que es evidente que el gobierno intenta asegurar tantos votos como sea posible
influyendo donde la mayoría de los ciudadanos tienen el centro de su
preocupación actualmente: en el bolsillo.
No digo que me parezca “mal” o inadecuado que se tomen estas
medidas, qué va, en absoluto. Habiendo tantas personas que lo están pasando mal
o muy mal, decir que ya estaban tardando es quedarse corto. Pero si resalto
este oportunismo y soborno disimulado
en la capacidad de elección de las personas. No han solucionado la crisis, por
mucho que Rajoy diga que sí y las macro-cifras indiquen lo que sea que indiquen,
pero sí pueden tirar de talonario para influir en los votantes.
Me parece lamentable que la democracia funcione así. Lo más triste es, sin duda, que no pocas
personas creerán que el PP puede sacarnos de ésta y les votarán. Lo mismo diría
si estuviese gobernando el PSOE, que conste, ya que la diferencia entre la
eficiencia de ambos partidos para gobernar es prácticamente nula. ¿Y si
gobernase Podemos? Ni idea, pero algo me indica que tampoco nos iría mucho
mejor. Eso sí, aún podemos
jugárnosla.
César P.
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