Los días de lluvia siempre me han entristecido en cierta manera. Antes solía pensar que el agua del cielo limpiaba mis penas, que se llevaba lejos lo que me atormentaba en aquel momento. Aunque no dejaba de pensar en ello a lo largo del día, en realidad. Visto con retrospectiva, creo que siempre me he puesto melancólico en días nublados.
Ahora pienso que la lluvia, más bien, me incordia sobremanera. Salgo de casa, me encuentro un atascazo de aquí saca la tienda de camping y échate la siesta, encima me mojo. ¡Bah! Un rollo todo. Llegar tarde me molesta y llegar mojado también. Si no es una cosa es otra, siempre pasa algo cuando cae agua del cielo. Es como si la ciudad no estuviese lista para el aguacero.
¡Qué es solo agua joder! No hace falta paralizar la ciudad por unas gotas. Esa es otra, tampoco llueve bien, parece que las nubes están de recortes o algo así, caen gotererones, pausa, caen gotitas, vuelta a empapar. Qué cansino está el tiempo. Qué lluvia más indecisa, parece del gobierno. El contenido es igual de diluido en ambos casos.
Con motivo de San Valentín, he puesto un anuncio burlesco que comentaré en otra entrada. Me ha alegrado el día en buena medida. La gente se viene arriba con las pequeñas cosas de la vida. Por lo menos un poco de diversión entre gota y gota.
Me gustaría haber salido a dar una vuelta esta mañana pero estaba hecho polvo. Después de una semana de no parar, los viernes son duros en ocasiones. Mañana podré recrearse un poco por la mañana, es el único consuelo que tengo ahora. Sin embargo, hoy esta el día un poco pesado en general, como que se me quitan las ganas de hacer nada cada vez que miro por la ventana, por qué será...
Ahora me toca ir donde un chaval que es un buen elemento, siempre me echo unas risas con él. Hoy no llevo ni paraguas, nunca lo hago, ni un forro a prueba de agua así que espero que no caiga un diluvio justo los pocos minutos que estaré en la calle, puto karma y su mala leche.
Un poquito de por favor tiempo, que algunos intentamos hacer algo de provecho y encima nos boicoteas el rato. Para lo poco que me toca andar, ya es maña suerte pillar el torrente de agua del cielo.
César P.
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