22 de mayo de 2013

Cuánto valen tus clientes?


Disponemos de diversas maneras de medir la fidelización. Por ejemplo, algunas opciones pueden ser la cuota de gasto, que es una medida asociada al consumo o la satisfacción del cliente.
Es importante medir porque no todos los clientes tienen el mismo valor para la empresa.


El efecto portavoz permite que los clientes vengan con menor coste, aconsejados por clientes actuales satisfechos. Además, los costes de servicio al cliente se reducen con el tiempo, dado que los clientes nos conocen mejor también. Los beneficios se incrementan con el tiempo. Ahora tenemos clientes también más educados en nuestra empresa y servicios, de manera que buscan algo más que el precio, buscan “valor” a cambio de dinero. Esto hace que a largo plazo el coste de adquirir nuevos clientes baje. Pasamos de medir la cuota de gasto a medir la cuota de vida.

Para ello partimos de la base clara y sencilla de que unos clientes son más valiosos que otros. El siguiente paso es como determinar el valor de un cliente y porque unos tienen más valor que otros. Puede ser porque tienen una capacidad de consumo mayor, o bien porque su fidelidad a la marca hace que permanezcan con nosotros y compren más de nuestros productos o servicios.

El valor del cliente tiene un atractivo importante, ya que representa exactamente la cantidad de valor de cada cliente en términos monetarios, y por lo tanto la cantidad que una empresa puede estar dispuesta a gastar para adquirir cada cliente.

En realidad es difícil hacer cálculos precisos del coste porque depende de la naturaleza de las relaciones con los clientes. Podemos hablar de clientes que realmente tienen una relación con la empresa, o de clientes que han comprado una vez pero que no sabes si volverán a comprar. También podemos tener clientes que han comprado pero que sabemos que ahora compran a la competencia.

En definitiva, vivimos en un mundo complejo donde funcionamos como individuos, y tenemos muchas funciones o jugamos distintos papeles y distintas necesidades. Somos individuos que pertenecemos a distintos segmentos. Por este mismo motivo deberíamos tener claro que no todos los clientes son iguales, y que requieren de un tratamiento individualizado. 

Lady Blu

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